Comisiones Obreras de Castilla-La Mancha | 18 abril 2024.

La precariedad laboral aumenta el riesgo de sufrir enfermedades mentales y cardiovasculares

  • “Cada vez hay más colectivos donde la norma es la temporalidad y lo raro es el empleo estable. La línea que separa la ocupación y la desocupación pierde nitidez. En periodos de días o meses, con contratos de apenas horas o días, la gente pasa de trabajar a estar en el desempleo, vuelve al mercado laboral y otra vez al paro y así sucesivamente, y esto tiene una repercusión directa en su salud y seguridad laboral”.

Toledo, 26 de diciembre de 2018. CCOO de Castilla-La Mancha asegura que unas malas condiciones laborales conlleva una mala salud laboral. La precariedad laboral afecta muy negativamente a la salud de los trabajadores y trabajadoras y agrava objetivamente la exposición al riesgo laboral. Una exposición al riesgo que en el caso de una misma persona va cambiando en días, semanas o meses, al ritmo de sus diferentes contratos de trabajo.

26/12/2018.
Raquel Payo

Raquel Payo

CCOO venimos denunciando de forma constante que quienes sufren peores condiciones de trabajo tienen una mayor predisposición a sufrir accidentes y enfermedades laborales, -reconocidas o no, pues no olvidemos la infradeclaración existente al respecto, denuncia la secretaria regional de Política Institucional y Salud Laboral de CCOO CLM, Raquel Payo.

“Existe una relación clara de la precariedad laboral con los niveles de salud, sobre todo mental y cardiovascular. Las posibilidades de sufrir daños físicos como trastornos musculoesqueléticos, dermatitis, enfermedades respiratorias, cardíacas y hasta agresiones, y psíquicos como ansiedad, estrés, depresión, farmacodependencia y suicidios, aumentan de forma exponencial si se tiene un empleo precario”.

Payo advierte que “cada vez hay más colectivos donde la norma es la temporalidad y lo raro es el empleo estable. La línea que separa la ocupación y la desocupación pierde nitidez. En periodos de días o meses, con contratos de apenas horas o días, la gente pasa de trabajar a estar en el desempleo, vuelve al mercado laboral y otra vez al paro y así sucesivamente, y esto tiene una repercusión directa en su salud y seguridad laboral”.

En los últimos años hemos asistido a un crecimiento de la precariedad en el empleo, propiciada por una reforma laboral que ha otorgado al empresariado el poder modificar de forma unilateral las condiciones laborales de sus trabajadores y trabajadoras o despedirlos fácilmente. También las nuevas formas de trabajo que están apareciendo y la deslaboralización de algunos colectivos -como está sucediendo con los falsos autónomos-, así como la no regulación de otros -como es el caso de las personas que realizan labores de trabajo doméstico muchas de ellas en la economía sumergida- son factores que están agravando y fomentando la precariedad.

Los datos objetivos ponen de manifiesto esta relación entre precariedad y una peor seguridad y salud laboral. Así, según la última Encuesta Nacional de Condiciones de Trabajo, respecto a la realización de reconocimientos médicos a las personas trabajadoras en sus empresas, a un 46,5% de ellas con un contrato temporal no se les había realizado, frente a un 24,6% entre quienes tienen un contrato indefinido.

A un 51,4% de las personas trabajadoras con contratos temporales sus empresas no les habían realizado un estudio de riesgos en su puesto de trabajo y un 20,7% no lo sabían, por lo que es muy probable que si no lo saben es porque no se lo han hecho. En el caso de las personas con contratación indefinida, el porcentaje de trabajadores a los que no se ha realizado este estudio es del 45,2%.

Otro de los indicadores que nos ofrece esta estadística es el relativo a la formación e información de los riesgos en el puesto de trabajo, un 44,8% de las personas con contratos temporales manifiestan no recibirla, frente al 35% con contratos indefinidos.

En cuanto a la existencia de delegado de prevención en el centro de trabajo, el 49% de los trabajadores encuestados con contratos temporales no tiene constancia de ello, porcentaje que duplica al de personas con contratos indefinidos.

La precariedad laboral no tiene edad, si bien las personas jóvenes son uno de los colectivos a los que más afecta. La inmensa mayoría de los jóvenes menores de 24 años no sabe lo que es un contrato fijo, más de la mitad de quienes trabajan en la construcción, la agricultura o la hostelería tampoco.

“Estas malas condiciones laborales, este infraempleo, repercute en una mayor siniestralidad laboral”, denuncia la secretaria de Política Institucional y Salud Laboral de CCOO CLM. El índice de incidencia, es decir, el número de accidentes laborales por cada 100.000 trabajadores, en personas de 16 a 19 años es de 4.980 (6.292,8 en el caso de los varones y 3.094,3 en las mujeres). En el tramo de edad de 20 a 24 años este índice es de 4.096,2 (5.601,1 en los varones y 3.365,5 en las mujeres).

En función del tipo de contrato, este índice de incidencia es de 5.059 en las personas con contrataciones temporales y de 2.522 con contratos indefinidos, es decir, este índicador se duplica en las contrataciones precarias.

Por tipo de contrato y sector de actividad, se dispara la siniestralidad laboral en el sector de la construcción entre quienes tienen una contratación más precaria, con una tasa de incidencia que casi triplica a la de quienes tiene un contrato más estable, 11.145 frente a 4.415.

CCOO trabajamos para combatir esta precariedad exigiendo en la negociación colectiva empleos y salarios dignos, trabajando en los centros de trabajo, a través de nuestros delegados y delegadas sindicales y de prevención, para mejorar las condiciones laborales y de seguridad y salud, estando presentes en los centros de trabajo, porque “no podemos permitir que el trabajador precario se vea abocado a tener que elegir entre el empleo o su salud, como tampoco podemos permitir que las empresas pretendan mejorar sus beneficios a costa del esfuerzo y de la salud de sus empleados”, concluye Payo.