Colegio de educación especial Virgen del Amparo
“Hace ya doce años, en 2006, redactamos y remitimos a las administraciones local y regional un informe describiendo las deficiencias y necesidades del centro, que no han hecho sino agravarse desde entonces”, denuncia Susana Fernández, secretaria general de CCOO-Enseñanza en Guadalajara.
“Más recientemente, en noviembre del año pasado, denunciamos ante la Inspección de Trabajo y comunicamos a las direcciones provinciales de Educación y de Bienestar Social y al Ayuntamiento de Guadalajara, el deterioro y abandono en que se encuentran el interior y exterior del Centro y la carencia de medios materiales y de equipos de trabajo necesarios para el desarrollo seguro y adecuado de la actividad de los profesionales que atienden al alumnado del centro, 107 niñas y niños con necesidades educativas especiales”
“De esta comunicación recibimos contestación por parte del Ayuntamiento y Bienestar Social de Guadalajara.
“El Ayuntamiento nos remitió a la Junta de Comunidades, señalando que el municipio no tiene ninguna competencia sobre la actividad de forma segura y adecuada, ni sobre los recursos necesarios para el desarrollo de las tareas que realizan los trabajadores.”
El Ayuntamiento sí admitía compartir con el Gobierno regional las competencias en la conservación y el mantenimiento del edificio; por lo que nos solicitó que concretáramos la situación de abandono y falta de cuidado del exterior. Les remitimos abundante documentación gráfica, pero no han vuelto a respondernos”
Por su parte, Bienestar Social nos contestó indicándonos que carece de competencias sobre el CEE y anunciándonos que le haría llegar nuestro escrito a la dirección provincial de Educación Cultura y Deportes -a la que nosotros mismos ya se lo habíamos remitido.
Tras solicitar información de actuaciones, el pasado 9 de julio 2018 recibimos comunicado de esta dirección provincial anunciando que había autorizado la instalación de un ascensor y la dotación de una camilla hidráulica, dos de las muchas carencias del centro que habíamos denunciado y que a día de hoy siguen sin instalarse.
Educación añadía que ha impartido formación en riesgos laborales y riesgos ergonómicos a los trabajadores del centro, aunque de poco sirve si tienen que levantar las camillas a pulso, afrontar rampas con una inclinación exagerada, cuidar con mil ojos y mil brazos a los niños porque en el centro falta personal, las bajas no se cubren y las necesidades de los chavales, para comer, lavarse, ir al servicio, o desplazarse se multiplican y se agravan por las deficiencias del colegio.
La situación se está convirtiendo en insostenible, y así lo puesto de manifiesto una madre en una escalofriante carta que ha publicado en su perfil de Facebook; y cuya pesadumbre e indignación por la situación de abandono del CEE Virgen del Amparo, su tristeza y su desolación por la desatención de la Administración a su hija y los compañeros y compañeras de su hija, nos han estremecido a todos.
“Es del todo inaceptable seguir como si nada. La dejadez y la apatía del Gobierno Regional por la situación del personal laboral en los centros educativos es lamentablemente conocida y reconocida, no hay más que fijarse en los datos de vacantes y bajas sin cubrir. Pero cuando la desidia de la administración llega a dañar el servicio que se presta directamente a niños y niñas con necesidades educativas especiales, se incurre en indignidad o en algo peor”
“La Consejería de Educación lleva muchos años mirando para otro lado cada vez que le hemos presentado un escrito, una reclamación o un informe sobre la situación del CEE Virgen del Amparo. No es aceptable; es abandono del deber y dejación de responsabilidad, y precisamente con quien más lo precisan, los niños y niñas con necesidades especiales.”
“Pedimos al señor consejero de Educación que visite el Centro cuanto antes. Que vea y valore con sus propios ojos, y no con los de sus asesores, la situación del Virgen del Amparo, del centro y de la comunidad de profesionales y de alumnos. Que compruebe él mismo el fundamento las demandas que venimos planteando desde hace años y del grito indignado, dramático y justo, de las madres y padres. Porque el tiempo de las palabras bonitas y de las promesas ya pasó y lo que toca con urgencia son los hechos, ponerse manos a la obra.”